sábado, 20 de abril de 2013

Lluvia inesperada


Tenia que decidir entre lo que es real y lo que no. Se levantó, se acomodó el cabello, intentó encontrarse en un espejo que parecía no caerle muy bien, abotonó su pantalón, salió por la puerta, salió de aquella triste dimensión que deja la duda entre un sueño que no deseaba o una pesadilla. Desapareció sin despedirse  nadie la notó, dejo el drama en la cama y su dignidad entre las piernas. Fue feliz. Se encontró con un diluvio, gotas que parecían látigos, intentando castigar sus actos, disfruto cada golpe, sorprendió a la lluvia, bailó con ella, demostraron que juntas sabían hacia donde irían, el río, que perdona todo.

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